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EL VIAJE
Ya llevamos año y medio juntos con mi pareja y hemos hecho unas cuantas escapadas por aquí y por allá, pero un viaje oficial como tal, pues no. Ya sea porque ella tenía vacaciones en fechas distintas o porque yo tenía otros planes… el caso es que, por fin, logramos ponernos de acuerdo y comenzamos a preparar nuestro primer gran viaje juntos.
Por temas de trabajo, ella sí o sí tiene que coger vacaciones en agosto, así que nos toca viajar en el peor mes del año: agosto, con todo a rebosar.
Pero bueno, hay que adaptarse a las circunstancias, así que… ¡empezamos el viaje!
14 de agosto de 2018
Comenzamos nuestra aventura dirigiéndonos al aeropuerto de Barcelona. Dejamos el coche en el parking y tomamos el avión hacia Múnich. Allí alquilamos un coche y nos dirigimos directamente al apartamento, que estaba en Bad Kohlgrub.
El apartamento… hay que decir que no podía ser más cutre. Como era pleno agosto, todo estaba lleno y los precios eran desorbitados, así que al final encontramos un alojamiento realmente barato… pero con polvo por todas partes. La cama se desmontó un par de veces y muchas cosas estaban rotas. El ascensor que daba acceso al piso era simplemente un montacargas que daba bastante miedo, así que solo lo usamos para subir las maletas.
Pero bueno, estas cosas al final se convierten en anécdotas. Eso sí, hay que reconocer que desde el balcón las vistas eran espectaculares.
15 de agosto de 2018
Comienza nuestro primer día de viaje. Queríamos visitar el famoso castillo de Neuschwanstein, pero como era agosto, estaba todo a reventar. Llegamos temprano, alrededor de las 8 de la mañana, y ya había colas enormes. Nos informaron de que todas las entradas estaban agotadas… ¡a esa hora! Así que decidimos no insistir y buscar una alternativa.
Tomamos un teleférico que nos llevó a una montaña cercana, desde donde hicimos un par de excursiones fáciles. Durante el recorrido pudimos ver el castillo desde otra perspectiva, con vistas realmente impresionantes. Además, desde esta zona también se podía apreciar una panorámica preciosa de toda la zona plana de Baviera, con sus campos y montañas al fondo. Muy bonito, la verdad.
Ya de bajada, también pudimos ver el castillo desde un plano más cercano.
Después continuamos nuestro viaje, con ese aire más relajado de turismo en pareja, y nos dirigimos al pueblo de Füssen.
Nos sorprendió gratamente. Es un pueblo muy bien conservado, con una arquitectura típica muy cuidada y decoraciones preciosas. Nos encantó.
Por la tarde fuimos a visitar nuestro primer castillo por dentro: el castillo de Linderhof (Schloss Linderhof).
Es un lugar realmente bonito, sobre todo su interior: decoraciones espectaculares, eso sí, un poco recargadas. Los jardines también eran impresionantes, con su pequeño estanque y una fuente dorada que le daba un aire muy elegante.
Regresamos al apartamento, cansados pero contentos, y nos tomamos un par de cervezas en la terraza, disfrutando de las buenas vistas. Un gran día.
16 de agosto de 2018
Este día haré madrugar de lo lindo a Raquel. Nos levantamos antes de las 6 de la mañana para ver la salida del sol en el lago Eibsee. Es un lago espectacular, situado a los pies de la montaña Zugspitze, que si no me equivoco, es la más alta de Alemania.
Hay un teleférico que sube hasta la cima, pero decidimos no subir. Preferimos quedarnos disfrutando del lago. Después de hacer las fotos de la salida del sol, con esa luz tan especial, recorremos todo el lago. Y la verdad es que es un lago alpino precioso, muy muy bonito, rodeado de vegetación y con unas vistas brutales a la montaña.
Cuando terminamos el recorrido, nos vamos al pueblo de Garmisch-Partenkirchen. También es un lugar realmente muy cuidado, con muchas casas decoradas con pinturas tradicionales. Tiene ese aire de cuento folclórico típico de Baviera. Nos encantó.
17 de agosto de 2018
Hoy volvemos a madrugar y nos dirigimos a Austria, concretamente a la ciudad de Innsbruck. Hacía años que no volvía a esta zona y tenía ganas de regresar, sobre todo porque me encanta el contraste entre la ciudad pintoresca y las montañas que la rodean, llenas de pistas de esquí y naturaleza.
Recorremos el centro histórico, con su famoso Techo de Oro, paseamos por sus calles, probamos los bretzels (los lazos de pan típicos de la zona), y vamos explorando los alrededores.
Al acabar el día, regresamos de nuevo al apartamento.
18 de agosto de 2018
Hoy nos lo tomamos con más calma. Dedicamos el día a nosotros, a disfrutar de la vida en pareja. Hacemos algún paseo corto, alguna excursión muy tranquila. Es un día más relajado y romántico, sin prisas.
19 de agosto de 2018
Hoy visitamos un castillo que se encuentra en medio de una isla, en el lago Chiemsee. Se trata del castillo de Herrenchiemsee, una obra impresionante inspirada en el Palacio de Versalles.
Lo recorremos tranquilamente. Lo más espectacular de este castillo no es tanto el interior, que también es bonito, sino los grandes jardines, fuentes y bosques que lo rodean. Un entorno realmente majestuoso.
Por la tarde, nos vamos al lago Waginger See, donde aprovechamos para darnos un baño. Estábamos rodeados de gente y familias que también disfrutaban de sus vacaciones. Un final de día refrescante y alegre.
20 de agosto de 2018
Hoy también madrugamos para coger el primer ferry hacia los lagos de Schönau am Königssee.
Después de hacer el primer tramo en ferry, hacemos transbordo al segundo para llegar a la zona más alejada del lago, y sí, fue todo un acierto venir aquí. Llegamos al lago Obersee, y es espectacular. Qué colores, qué lugar más bonito. El agua turquesa, los reflejos perfectos, las montañas alrededor… es un paisaje de postal. Sencillamente, impresionante.
Hacemos un pequeño recorrido por la zona, disfrutando del entorno en calma, pero al poco rato empieza a llenarse de gente de forma exagerada. Si alguien quiere venir tranquilo, es imprescindible madrugar o venir fuera de temporada alta.
Tomamos el ferry de vuelta y, por la tarde, nos vamos a visitar el cañón y las cascadas de Ramsau bei Berchtesgaden. Se trata de un desfiladero con pasarelas de madera que permiten caminar junto al agua y entre las rocas. Es un lugar muy bonito y diferente, con un encanto especial.
Por cierto, un pequeño apunte: el día 19 hicimos cambio de apartamento. Dejamos el primero, que era bastante cutre, y nos fuimos a otro situado en Traunstein, más cerca de Múnich y de otras zonas que queríamos visitar en los próximos días.
21 de agosto de 2018
Como estamos ya en otra zona, hoy dedicamos el día a visitar Salzburgo, en Austria, que queda bastante cerca.
Subimos primero a la fortaleza Hohensalzburg, que ofrece una vista panorámica preciosa de toda la ciudad y del entorno. Luego bajamos y nos dedicamos a recorrer el centro histórico, muy bien conservado y lleno de encanto.
También paseamos junto al río Salzach, disfrutando del ambiente de esta ciudad elegante, musical y con tanta historia. Nos encantó.
22 de agosto de 2018
Hoy devolvemos el coche de alquiler en el aeropuerto y cogemos un tren hasta Múnich, donde pasamos nuestra última noche en un hotel cerca del centro.
Recorremos el centro de la ciudad, que aunque nos gustó, no nos impresionó tanto como otros pueblos y rincones que habíamos visitado en días anteriores. Aun así, disfrutamos paseando por sus calles, tomando algo y despidiéndonos de este viaje tan especial.
Nos vamos a dormir con la maleta medio hecha y con esa sensación de final de aventura. Mañana volvemos a casa.
23 de agosto de 2018
Aprovechando que hoy estaremos todo el día en Múnich, decidimos recorrer la ciudad con más calma. Paseamos, disfrutamos de las últimas horas sin prisas, visitamos algunas zonas que nos habían quedado pendientes y nos dejamos llevar un poco por el ambiente.
24 de agosto de 2018
Hoy es el día de regreso. Aún así, aprovechamos para recorrer alguna zona más de Múnich antes de marcharnos. Dejamos las maletas en consigna en el hotel, damos un último paseo, comemos en la ciudad… y, finalmente, recogemos todo y nos dirigimos hacia el aeropuerto para emprender el viaje de vuelta a casa.
Conclusiones
Este viaje nos hacía mucha ilusión a los dos, ya que fue nuestro primer gran viaje juntos. Y la verdad es que hay que decirlo: es en este tipo de experiencias donde realmente se ve si una pareja funciona. Pasas muchas horas juntos, hay momentos de estrés con vuelos, esperas, decisiones… estás conviviendo las 24 horas del día. Y sí, lo hemos hecho muy bien. Nos hemos compenetrado, hemos disfrutado, y esto nos ha demostrado que tenemos mucho futuro viajero por delante —como veréis en otros bloques de viajes más adelante.
Ha sido un viaje relativamente breve, en el que recorrimos algunas zonas de Baviera de manera general, un poco a lo esencial, pero con muchas ganas. Agosto, claro, es temporada alta, con mucha masificación, muchos cambios de planes por las colas o las reservas imposibles… pero es el mes que teníamos, y nos hacía mucha ilusión hacerlo igualmente.
Seguramente volveremos, pero en otra época del año, con más calma, para poder disfrutar de zonas que nos quedaron pendientes, especialmente en las montañas. Así que este viaje, aunque ha terminado, queda abierto para continuar en el futuro.
